Las obras pretenden solucionar el problema de inundación del núcleo urbano de Loja en un tramo de 1,5 Km de longitud, ante las crecidas del río Genil. Para ello se actúa en ambas márgenes generando una llanura de inundación limitada por muros sin afectar a la vegetación de ribera.
En la margen derecha los muros son con escollera en la mayoría del tramo y de hormigón armado en el entorno del puente Gran Capitán, donde se ha contemplado la apertura de un “nuevo ojo” planteada como una ampliación del espacio descubierto que queda al eliminar varias edificaciones y paliar así el problema visual que supone la construcción de un muro separador entre el puente antiguo y su ampliación.
En la margen izquierda los muros son de hormigón armado adaptando los trazados a las edificaciones existentes.